12 dic 2012

Crystal Lake

Corren el uno tras el otro. El asesino loco, hacha en mano, detrás. El excursionista extraviado, delante. Al excursionista extraviado le da un apretón. Lo menos que le puede pasar en esa situación. Durante unos segundos sopesa la posibilidad de cagarse encima. Pero, qué va, qué va. En su escala de valores eso seria caer muy bajo. Así que el asesino loco, hacha en mano, llega a su altura. El excursionista extraviado se ha parado a "plantar un pino" al lado del camino. Esta ahí, agachado, con los pantalones por las rodillas. El asesino loco, hacha en mano, se siente contrariado. Sólo se le ocurre volver sobre sus pasos. La situación le ha superado. Se cuestiona todo en lo que creía hasta ese momento. El excursionista extraviado también tiene lo suyo. Pensaba que todo sería mas fácil. Pero está estreñido.