Anteriormente
en Pelo de Tonto (Pinche aquí)… y ahora, continuamos…
Cuando pulsó el interruptor de la
luz, Belardo comprobó que su olfato no le había engañado. El mono estaba en el
camerino, tirado en el suelo boca abajo, con el vaso de whisky del presentador
en la mano.
-¡Cierra
la puerta, cierra la puerta! –ordenó a Ademia, demostrando que uno podía gritar
susurrando.
-¿Está…?
–dijo ella mientras observaba como el tono anaranjado del maquillaje de la cara
de su jefe se volvía rojo incandescente.
-¡No lo sé,
joder, no lo sé! –tiró las flores al
suelo y se llevó las manos a la cabeza de manera dramática pero con gran
cuidado de no mover o despeinar su peluca.
-Cálmate
Belardo, ya lo miro yo –Ademia se acercó al chimpancé y tocó varias veces su
cuerpo con la punta del zapato. El mono no se inmutó. Luego se agachó y le tomó
el pulso. Pasado un rato miró a Belardo y negó con la cabeza.
-¡El
fin, el fin de mi carrera! Ya veo los titulares: Belardo Skallet asesina a la mona Chita. ¡Estoy acabado, peor que acabado! –Ademia se
incorporó y agarrando del hombro a Belardo dijo:
-No te
preocupes. Tengo una idea.
Continuará…