1 feb 2015

El profesional

El ajetreo típico de un hospital. Médicos y enfermos. Afuera, de vez en cuando, puede oírse la sirena de alguna ambulancia que se acerca. Dentro, aunque los carteles ruegan "Silencio" nadie sabe leer. Es fácil no llamar la atención en un lugar así. Él es un profesional y ha decidido pasar inadvertido vistiendo una bata blanca y llevando  fonendoscopio al cuello. Sube al ascensor y pulsa el botón con el numero 3. En la tercera planta esta la habitación del viejo. Los de Promovisa se han enterado de que esta ingresado con problemas de corazón. Quieren asegurarse  de que son problemas sin solución. Por eso le han contratado. Entra en la habitación 315. El viejo duerme. Trabajo aún más sencillo. Del bolsillo de la bata saca la jeringuilla e inyecta el liquido que contiene en uno de los goteros del viejo. Hecho. Si su propio corazón no le mata lo hará el veneno. A lo mejor hoy no. Mañana seguro. Sale de la habitación. Abandona el hospital, tal y como llegó, sin llamar la atención.

El día siguiente.
Los chicos están en la playa, entretenidos, allí con sus cosas...de pronto
-Un momento, ¿no escucháis algo?- Todos guardan silencio. Y en verdad, si , se escucha algo. Una voz a lo lejos. Luchando contra el sonido de las olas y el viento. Un crescendo fatal.
-¡Chanquete ha muerto...Chanquete ha muerto....Chanquete ha muerto...!!-