30 sept 2011

Imposible amor (Fragmento)

Era una tarde lluviosa. Habían quedado en un Café para tomar café.
-Lo nuestro no puede ser -disparó ella a bocajarro, cabizbaja, mirando su taza humeante.
Él guardó silencio por un minuto. Un minuto de silencio por nuestro amor, pensó y le gustó lo que de romántico tenia el concepto, aunque en realidad estaba intentando recuperar la sensibilidad en la lengua. Se la había escaldado al primer sorbo de su Té de arándanos. Debido al mismo tema, también afloraron un par de lagrimones en sus ojos.
-Disculpa, se me ha metido algo en los ojos. En los dos. ¿Decías? -preguntó como haciéndose de nuevas.
-Que lo nuestro no puede ser- repitió ella alzando mas la voz, que no la mirada, como si él fuera sordo o extranjero.
-Ha sido tu padre, ¿verdad? -remarcó sus palabras golpeando la mesa.
-No -contestó ella, mientras recordaba lo que su padre le había dicho aquella misma mañana :"No quiero que vuelvas a ver a ese desgraciado, ¿te enteras?
Su padre, todos los jueves, se recortaba el bigote como el "Jero", se echaba un buen chorro de Varón Dandy de su botella de litro y se iba a la terraza de la "Venta de la Luisa", un bar, regentado por chinos, del barrio. Aquel era el lugar en el que, con otros dos amigos, repasaba el cancionero mas clásico de Los Chichos.
-Bueno, pues que sepas que a mi si; mi padre me ha prohibido verte -mintió él.
Su padre tenía veinte hijos y él era uno de los de en medio, casi ni recordaba que existía. El hombre, todos los jueves, quedaba con otros dos, en la terraza del Ulyses 2, así se llamaba el bar que caía justo en la acera de enfrente de la "Venta de la Luisa", para cantar canciones de Los Chungitos.