Hoy hemos matado al Primer Ministro. Lo hicimos de la forma mas humanitaria posible. Con mucha educación le dijimos que nos acompañara. Le afeitamos el bigote y le dimos un café con leche. Luego le subimos a lo alto del campanario y le tiramos desde allí. Habiéndonos asegurado antes de que nadie pasaba por debajo. Sabemos que su mandato estaba a punto de acabar. Pero queríamos manifestar nuestro desacuerdo con su política. Además un ex-Primer Ministro sale muy caro. A los que vengan: Esto va así.