9 jul 2011

Memorias

IV

Cuando escuchábamos el motor de una avioneta sobrevolándonos, siempre, alguien de la chavalada decía:
- ¡¡No miréis, no miréis. Te echan fotos y luego te secuestran!!.
Aquello era cosa de mucho miedo.
Menudo trabajito el del tipo de la avioneta.
-Mira, un grupo de niños. Arrímate- le diría al piloto. Tomar una buena foto desde la altura debía ser complicado.
Luego, ya en tierra y  foto en mano ponte a buscar al niño. Que movida, ¿no?
Creo que esta organización fue a pique. Esos métodos. Pero por si acaso, cuando escuchéis el motor de una avioneta no miréis hacia arriba.