23 jun 2011

Satán

El cartel anunciando la próxima salida de la autopista saltó directo a sus ojos cansados. SATÁN. 500m. Flecha señalando a la derecha. Sin pensarlo puso el intermitente. Era una señal. Una llamada. Él la aceptaba. Estaba dispuesto a vender su alma si era necesario. Cualquier cosa con tal de acabar con aquel dolor. No es que tuviera una especial predilección por ÉL. Era sólo que nadie mas le había mandado una señal tan clara. Salió de la autopista. Esperó que una niebla lo cubriera todo. Imaginó que enseguida el olor a azufre seria insoportable. Allí a un lado de la carretera estaría ÉL. Aguardando. Piel roja. Diminutos cuernos negros. Girando su cola con punta de flecha en la mano, como silbato de socorrista. Pero nada de esto pasó. Rió para su adentros. Por no llorar.
- Batán, ponía Batán- se dijo a si mismo en voz alta.